lunes, 24 de septiembre de 2012

Desahogos.

El arte (del latín ars artis y este calco del griego τέχνη) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones, o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.

¿Qué es el arte? Como diría mi madre, morirte de frío. Para mí el arte es todo. Absolutamente todo lo que se hace con intención de contarle al mundo lo que llevamos dentro es arte. Hay muchas formas de expresarte. Las pintadas que vemos por la calle de las que tanto se quejan las personas mayores, esas esculturas hechas con cosas cotidianas de las que tanto nos reímos los que no tenemos ni idea, esa música que odia mi madre porque le aturulla. 
No todas las expresiones de arte son tan extrañas, a lo largo de los años (de muchos años) se ha utilizado esta disciplina para contar lo que no podíamos hacer con palabras, aunque, por supuesto, el saber dominar las palabras también es un arte, y en mi opinión, de los mejores. Para mí como mejor se expresa es con una canción, con un bolígrafo contra el papel, con una sonrisa
Pero... ¿y qué debemos de expresar con el arte? Si he de ser sincera, lo que se quiere decir, nunca debe ser algo positivo. El arte tiene que ser una vía de escape, una manera de desahogarse que te impida darle un puñetazo en la pared, gritar hasta quedarte sin cuerdas vocales, marcharte y no volver. 
Puedes expresar estados de ánimo.
Como la fiereza de un tigre oculta en su rostro sereno, como la calma que precede a la tormenta. O la sabiduría de un búho, reflejada en sus ojos inquietos.

Amargura y desagrado por tu propia visión sobre ti mismo.

Deseos sobre el pasado, el presente, o el futuro.

Cualquier cosa que te haga libre.

O que simplemente te haga sentir mejor.

Porque al fin y al cabo el arte nunca proviene de la felicidad.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cinco minutitos más.

¿A quién no le gusta soñar con el día menos pensado coger una pequeña bolsa de mano e irse a cualquier parte del mundo? Dar una vuelta al globo terráqueo y marcharse al primer sitio que salga. No me culpes, soñar despierta es más divertido que el mundo que te espera ahí fuera. 
A mí siempre me ha apetecido ir por la calle y encontrarme al cantante de mi grupo favorito, o cantar sin dejar sordos a mis vecinos. La verdad es que hay muchas cosas con las que me gusta soñar, como meterme en un taxi y gritar '¡siga a ese coche!' o sentarme en un sofá del Starbucks con un frapuccino en la mano y un portátil sobre la mesa. Aguantar toda la noche con unos tacones de infarto, poder leer en el coche sin marearme, caminar por las calles de Londres sabiendo que mi casa está allí, leer en el metro llevando unas gafas de pasta, envolverme con una manta y con un chocolate en las manos, sentada en el sofá mientras fuera nieva... Qué típico
Siempre he querido entrar a una cafetería y decir lo de siempre, encontrarme el teléfono de un chico guapo escrito en una servilleta en algún bar, o tener un móvil que no acabe rompiéndose. Viajar a todos los sitios que pueda con mi cámara colgada al cuello y después forrar mi habitación con fotos de todos esos viajes. Poder pertenecer a los cánones de belleza actuales o sonreír ante lo que veo en el espejo. Tener una de esas horribles figuritas de gatos chinos que mueven la mano y traen suerte, comer comida muy muy picante. Dormir todo lo que quiera sin tener que decirle al despertador cinco minutitos más. 
Recibir mi carta de Hogwarts, participar en los Juegos del Hambre, visitar Narnia, hablar élfico, viajar en la Tardis, matar Starks, trabajar para SHIELD, ser una néfilim, rescatar a la princesa Zelda... 
Llenarme de tatuajes, no tener alergia a las flores, ir a todos los conciertos que pueda, salir en alguna película, burlar al eco, teñirme de colores chillones, viajar al mundo de Ooo. Hacer un álbum de recuerdos, tener alas para volar. 
Me gustaría tener un Capitán Garfio con el que poder pelear, y un gato al que abrazar todas las noches. Tener superpoderes, que la ropa me quede como yo quiero, montarme en un taxi amarillo, exponer en alguna galería de arte, saber a la primera lo que quiero dibujar. Que nieve en pleno agosto e ir de manga corta en diciembre, pasar unas navidades en Nueva York. 
Y siempre he querido entrar a alguna cafetería y decirle al camarero 'Un cortado, por favor', pero hay un pequeño problema... nunca me ha gustado el café.