jueves, 27 de diciembre de 2012

Adiós 2012


Podría haber sido mucho mejor, pero también mucho peor, ¿no? 
2012, me has hecho reír y, sobre todo, llorar, pero te vas para no volver.
Querido 2013... Please, be awesome.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Feliz fin del mundo.

Debería estar preocupada. Mañana se acaba el mundo y todavía no he ido a ningún concierto de A Day To Remember. Aún no he viajado a Londres. Aún no he probado el Jägermeister. Aún no me he casado, no he tenido hijos, no he disfrutado de mi viaje de bodas en Nueva Zelanda. Aún no le he dado las gracias a JK Rowling, ni he participado en algo tan grande como lo que sale en V de Vendetta. No he terminado el bachillerato. Aún no he aprobado historia ni una sola vez, y tampoco he sabido pasarme el Majora's Mask. ¿Te lo puedes creer? Aún no me he leído el Hobbit, ¡ni he terminado de ver Sobrenatural! Ni Doctor Who, ni Juego de Tronos, ni siquiera Pequeñas Mentirosas. Tampoco he terminado Gossip Girl (aunque ya me sé el final. Gracias Tumblr.), y he de decir que ni siquiera tengo en mis manos el Silmarillion. Aún no he abrazado a toda la gente que se lo he prometido, aún no he ido a visitar a todos aquellos que viven lejos. Aún no he sido capaz de decirle que me gusta más que el resto, ni siquiera soy capaz de decirle a cuatro tontos que no los aguanto más. Aún no he salido en ningún vídeo de alguien famoso, y no, ¡¡aún no tengo ningún tatuaje!! No he aprendido todavía a tocar la guitarra, ni aún he tenido la suerte de verme en el espejo y que me guste lo que veo. No he sacado demasiadas sonrisas ni he secado suficientes lágrimas. Aún no he aprendido a superar las críticas. Aún no he conseguido terminar de escribir un libro.

La mayoría de las personas están igual que yo. Mañana se acaba el mundo y nadie ha conseguido hacer todo lo que tiene en mente, absolutamente todos tienen algo de lo que arrepentirse y algo que les falta para completar su vida. Es lo malo de estas cosas, todo el mundo se preocupa de que mañana, según los Mayas, se va a acabar el mundo, sin darse cuenta que los que acabamos con él somos nosotros. A diario mueren millones de personas en todo el mundo. Muchos mueren de hambre mientras nosotros nos hinchamos a turrón y polvorones. Otros mueren de enfermedades mientras los que deberían financiar las investigaciones de esas curas se llenan los bolsillos de dinero que haría falta a muchas otras personas. La gente se dedica a ir a colegios de educación primaria y asesinar a un montón de niños. En los informativos ocultan la verdadera situación crítica del país calumniando a personas sobre actividades, en teoría, ilícitas. Millones de personas son desahuciadas de sus hogares mientras otros tienen varias casas en países que se hacen llamar paraísos fiscales. Los programas dejan de preocuparse por la terrible crisis económica, política, social e incluso moral por la que estamos pasando para hablar sobre la Navidad. Nos felicitan las fiestas. Qué irónico, ¿eh? Estoy segura de que este año muchísima gente va a disfrutar este año de la Navidad. Pregúntale a los familiares de esos críos que murieron en Connecticut. Pregúntale a los amigos de las chicas que fallecieron en Halloween en el Madrid Arena. Pregúntale a esos cabezas de familia que han sido echados de sus hogares y no pueden darle unas fiestas dignas a su familia. Pregúntale a esos niños que se están muriendo de hambre mientras ven al de al lado con los carrillos llenos de comida. Pregúntale a toda esa gente si lo va a pasar bien en Navidad, a ver qué te responden. 

Sinceramente, que mañana se acabe el mundo me da rabia, pero si te pones a pensar, el mundo, como tal, terminó hace mucho tiempo. Así que no me queda otra cosa que imitar a todo el rebaño y decir Feliz Navidad y Feliz Fin del Mundo. :)

viernes, 9 de noviembre de 2012

I was born, I have lived, I will surely die.

Últimamente me suelo preguntar muchas cosas antes de irme a dormir. Me tumbo en la cama, me coloco los auriculares y me pongo a mirar al techo, y a pensar. Y pensar. Y qué voy a hacer si no apruebo todo. Y qué voy a hacer si no me da la nota en selectividad. Qué voy a hacer si no soy lo suficientemente apta para estudiar lo que yo quiero. Qué voy a hacer cuando sea demasiado mayor para vivir con mis padres. Qué voy a hacer cuando tenga que buscar una casa. Qué voy a hacer cuando termine la universidad y no sepa dónde buscar un trabajo. Qué voy a hacer cuando no me quede dinero y no tenga ni idea de dónde sacarlo. Qué voy a hacer cuando me haga mayor y nadie haya sabido soportarme. ¿Me casaré? ¿Tendré hijos? ¿Realmente habrá alguien para mí ahí? ¿Encontraré un trabajo que me llene? ¿Tendré para comer? ¿Acabaré sola y deprimida, yendo al psicólogo y hartándome a antidepresivos? ¿Viviré rodeada de gatos? ¿Conseguirá este mundo acabar conmigo o seré más fuerte? 

No me gustan los cambios. No me gusta saber que un día no muy lejano mi hermano se irá de casa y me dará la sensación de haberme quedado sola. No me gusta la idea de que dentro de nada habré acabado lo que para mí es la rutina de ir a clase todos los días, y que empezarán las responsabilidades de verdad. Ni el frustrarme porque nadie es lo suficientemente bueno para mí, o, probablemente, viceversa. Ni el tener un día que cuidar a mis hijos, viendo cómo pasan por lo que yo pasé y saber que esos días no van a volver. Ni el olvidar a los amigos que tengo ahora, aun no siendo muchos. Ni el dejar por el camino a mis seres queridos que ya vivieron lo suficiente. Ni enviudar o dejar viudo a nadie. No quiero cambiar, no quiero crecer, no quiero pensar en ello siquiera. Creo que debería quitarme los cascos y dormir ya. 

lunes, 5 de noviembre de 2012

People shouldn't be afraid of their government. Governments should be afraid of their people.

"Voilà! A primera vista, un humilde veterano de vaudeville en el papel de víctima y villano por vicisitudes del destino. Este visage, ya no mas velo de vanidad, es un vestigio de la vox populi, ahora vacua, desvanecida. Sin embargo, esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada que velan por los violentos viciosos y por la violación de la voluntad. El único veredicto es venganza; vendetta, como voto, y no en vano, pues la valía y veracidad de esta un día vindicara al vigilante y al virtuoso. La verdad, esta vichyssoise de verborrea se esta volviendo muy verbosa así que solo añadiré que es un verdadero placer conocerte y que puedes llamarme V."

Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. 

martes, 16 de octubre de 2012

Over.

Se pasan la vida excusándose en el nadie es perfecto pero aprovechan la mínima para recordarte cualquier error, haciendo de un grano una montaña. Eres muy importante, dicen, pero te da la sensación de que están al acecho de cualquier oportunidad, por pequeña que sea, para mandarte lejos. Parece que les importas, y llega un momento en el que acabas creyéndotelo, sí; sin embargo, cuando consiguen lo que querían se olvidan de ti, se deshacen de ti como un pañuelo. Se dedican a hacértelo pasar mal, no, peor, como lo más despreciable que existe, y cuando encuentras a alguien mejor se encargan de hacerte ver que a ese alguien no le importas, o que no es bueno para ti, que lo que hacen lo hacen por tu bien y que lo único bueno, es eso. Te ignoran, te omiten, te hacen el vacío, pero hacen que lo veas como si fueses tú la que huyes, la que pasas. Cada vez que intentas escapar, te echan en cara lo muchísimo que, en teoría, han hecho por ti, obviando, por supuesto, lo que tú sí que has hecho. Te taladran con sus problemas, como si tú no tuvieses bastante con lo que tienes, te guardas tus movidas por el miedo a resultar tediosa o pesada, pero cuando de verdad estás metida en un lío gordo te ignoran y luego se encargan de hacerte ver que ese problema es tu culpa y que no tiene sentido. Te prometen cosas que sabes de sobra que no van a cumplir. Te juzgan por tus problemas en lugar de tratar de entenderte. Ignoran cómo te sientes tú al respecto de todo esto, mientras rebosan felicidad y tú tratas de no darle la importancia que le estás dando. No valoran que les estés poniendo buena cara todo el día a pesar de todo lo que te menosprecian y te hacen pasar. Oyes como hablan, como critican, como ríen. Sabes que va para ti. Te obligas a ti misma a ignorarlo, a dejarlo pasar, a esperar. Te prometes que vas a cambiar, que no vas a pensar en ello, pero lloras todas las noches. Te arrepientes de todas las veces que las has llamado amigas, pero, a pesar de todo, tienes miedo de perderlas. Y te niegas a creer que no eres tú la que las pierde, sino que son ellas las que te están perdiendo a ti. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Somewhere in Neverland

Dile adiós a los pasillos y a las clases,
dale la bienvenida al trabajo y a los impuestos.
Los findes con viejos amigos se convierten en rutina de nueve a cinco. Dime cómo te sientes, harto, se acabó, como si tu vida fuese un mapa sin brújula para guiarte. Y en el bar, bebiendo más de la cuenta, cantaremos juntos Forever Young. 
Así estamos otra vez, ojalá pudiéramos empezar de nuevo. 
Wendy, huye conmigo. Sé que parece una locura, pero, ¿no ves lo que me haces?
Quiero ser un niño perdido. La última oportunidad para tener una mejor realidad.
Wendy, podemos escapar. Lo prometo, si estás conmigo dilo, y encontraremos la manera.
Puedo ser un niño perdido. La última oportunidad para que todo mejore,
en algún lugar de Nunca Jamás. 
Somewhere in Neverland — All Time Low.

martes, 2 de octubre de 2012

υποκρισία


Según el griego clásico, el término 'hypokrités' significa actor, y no como se conoce hoy en día, falso, con doble cara. No es de extrañar, en verdad el significado no dista tanto de cómo lo vemos actualmente. Los griegos se limitaban a representar un papel sobre la palestra, a fingir ser alguien que no son con el propósito de entretener al pueblo. Lo que nosotros hacemos a día de hoy es básicamente lo mismo, lo único que varía es la intención: cambiamos de cara según nos convenga. Somos egoístas, y eso no cambia nunca. 


¿No estamos hartos de ver todos los días a la gente enseñarnos una cara que no es la suya? Como si tuvieran en la pared de su habitación diferentes máscaras y las cambiaran según la ocasión. No engañan a nadie, y eso al final se acaba sabiendo. A mí me gusta mucho ese tópico que dice que a todos nos dan mucha pena los niños de África pero no mientras nos comemos un chuletón. Insensible, pensará la gente de mí. Probablemente, pero hasta la fecha no he conocido a nadie que renuncie a su propia comida con tal de dársela al que no se la puede permitir. O los que después de ver Cuarta Planta o Pulseras Rojas sientan una increíble tristeza y repentina compasión por los pobres chicos con cáncer. Para ellos será tristeza, yo lo llamo condescendencia. E incluso hipocresía. Me encanta cuando dicen eso de niños con cáncer riendo y siendo felices mientras tú lloras porque tu novio te ha dejado. Para mí eso es como si me dijeran 'oye, ¿por qué sonríes? ¿acaso no sabes que hay gente más feliz que tú? Estás haciendo el ridículo', y sobra decir quién hace el ridículo en verdad. No seas hipócrita, mañana igual te echan del trabajo, te roban el móvil o se te rompen tus zapatos favoritos, pero tu propia filosofía te impide maldecir todo porque hay gente que está pasándolo peor. 
Probablemente eso me convierta en alguien cruel, pero yo lo veo de un modo completamente diferente. Me explico, si a mí me tiene preocupada un tema, por banal que sea, es mi problema. Nunca me he caracterizado por ser una persona optimista, e igual debería apreciar más la suerte que tengo por estar sana y no vivir en un hogar desestructurado o cosas así, pero de la forma en que lo pintan, el hecho de que me digan no estés triste por esa gilipollez cuando hay niños con cáncer es como si me apoyara en las desgracias ajenas para ser más feliz. Como la frase 'podría ser peor', claro que podría, imagina que he sacado un seis en un examen y eso me revienta porque podría haber sacado un ocho, pero podría ser peor, mi compañera ha sacado un tres, estoy feliz. ¿Quién es el cruel e insensible ahora? 
Soy la primera que siente una increíble impotencia al saber que esos niños inocentes van a seguir muriendo, pero al igual que mueren ellos y muchos son recordados por banalidades como haber conocido a algún famoso, mi familia o amigos también lo hace. Mi abuela murió hace casi tres años, mi abuelo el año pasado, y a ellos no los recordará ni la más pequeña parte de ese número que recuerda a los otros. Que una niña pequeña con cáncer pase a la historia solo por haber conocido a Justin Bieber da que pensar, porque el resto de las personas no van a ser reconocidas de esa manera solo porque ningún famoso les haga caso. Solo en Estados Unidos mueren 565.000 personas de cáncer al año, y dos son recordados porque a alguna persona conocida sintió lástima por ellos. Y me llaman insensible a mí por no llorar la muerte de esta gente. Sí, me da pena, pero dentro de poco esa persona por la que tanto han "llorado" se irá de su memoria, porque no la conocían, porque solo tiene que ser recordada por su familia y amigos, eso es lo importante. Eso es no ser hipócrita. ¿Y me llaman cruel a mí? Yo quedaré afligida por la muerte de pocos, pero esa aflicción dura siempre. No necesito recordar un día al año lo genial que fue un ser querido para mí, no soy tan hipócrita para eso, lo recuerdo todos los días. Y es probable que yo no sea recordada por mucha gente, pero me consuela saber que lo seré por los que me quieren, y no por los que sienten un repentino interés en mí justo en el momento de mi muerte.

"Nobody cares until you're pretty or dying".

lunes, 24 de septiembre de 2012

Desahogos.

El arte (del latín ars artis y este calco del griego τέχνη) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones, o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.

¿Qué es el arte? Como diría mi madre, morirte de frío. Para mí el arte es todo. Absolutamente todo lo que se hace con intención de contarle al mundo lo que llevamos dentro es arte. Hay muchas formas de expresarte. Las pintadas que vemos por la calle de las que tanto se quejan las personas mayores, esas esculturas hechas con cosas cotidianas de las que tanto nos reímos los que no tenemos ni idea, esa música que odia mi madre porque le aturulla. 
No todas las expresiones de arte son tan extrañas, a lo largo de los años (de muchos años) se ha utilizado esta disciplina para contar lo que no podíamos hacer con palabras, aunque, por supuesto, el saber dominar las palabras también es un arte, y en mi opinión, de los mejores. Para mí como mejor se expresa es con una canción, con un bolígrafo contra el papel, con una sonrisa
Pero... ¿y qué debemos de expresar con el arte? Si he de ser sincera, lo que se quiere decir, nunca debe ser algo positivo. El arte tiene que ser una vía de escape, una manera de desahogarse que te impida darle un puñetazo en la pared, gritar hasta quedarte sin cuerdas vocales, marcharte y no volver. 
Puedes expresar estados de ánimo.
Como la fiereza de un tigre oculta en su rostro sereno, como la calma que precede a la tormenta. O la sabiduría de un búho, reflejada en sus ojos inquietos.

Amargura y desagrado por tu propia visión sobre ti mismo.

Deseos sobre el pasado, el presente, o el futuro.

Cualquier cosa que te haga libre.

O que simplemente te haga sentir mejor.

Porque al fin y al cabo el arte nunca proviene de la felicidad.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cinco minutitos más.

¿A quién no le gusta soñar con el día menos pensado coger una pequeña bolsa de mano e irse a cualquier parte del mundo? Dar una vuelta al globo terráqueo y marcharse al primer sitio que salga. No me culpes, soñar despierta es más divertido que el mundo que te espera ahí fuera. 
A mí siempre me ha apetecido ir por la calle y encontrarme al cantante de mi grupo favorito, o cantar sin dejar sordos a mis vecinos. La verdad es que hay muchas cosas con las que me gusta soñar, como meterme en un taxi y gritar '¡siga a ese coche!' o sentarme en un sofá del Starbucks con un frapuccino en la mano y un portátil sobre la mesa. Aguantar toda la noche con unos tacones de infarto, poder leer en el coche sin marearme, caminar por las calles de Londres sabiendo que mi casa está allí, leer en el metro llevando unas gafas de pasta, envolverme con una manta y con un chocolate en las manos, sentada en el sofá mientras fuera nieva... Qué típico
Siempre he querido entrar a una cafetería y decir lo de siempre, encontrarme el teléfono de un chico guapo escrito en una servilleta en algún bar, o tener un móvil que no acabe rompiéndose. Viajar a todos los sitios que pueda con mi cámara colgada al cuello y después forrar mi habitación con fotos de todos esos viajes. Poder pertenecer a los cánones de belleza actuales o sonreír ante lo que veo en el espejo. Tener una de esas horribles figuritas de gatos chinos que mueven la mano y traen suerte, comer comida muy muy picante. Dormir todo lo que quiera sin tener que decirle al despertador cinco minutitos más. 
Recibir mi carta de Hogwarts, participar en los Juegos del Hambre, visitar Narnia, hablar élfico, viajar en la Tardis, matar Starks, trabajar para SHIELD, ser una néfilim, rescatar a la princesa Zelda... 
Llenarme de tatuajes, no tener alergia a las flores, ir a todos los conciertos que pueda, salir en alguna película, burlar al eco, teñirme de colores chillones, viajar al mundo de Ooo. Hacer un álbum de recuerdos, tener alas para volar. 
Me gustaría tener un Capitán Garfio con el que poder pelear, y un gato al que abrazar todas las noches. Tener superpoderes, que la ropa me quede como yo quiero, montarme en un taxi amarillo, exponer en alguna galería de arte, saber a la primera lo que quiero dibujar. Que nieve en pleno agosto e ir de manga corta en diciembre, pasar unas navidades en Nueva York. 
Y siempre he querido entrar a alguna cafetería y decirle al camarero 'Un cortado, por favor', pero hay un pequeño problema... nunca me ha gustado el café.