viernes, 9 de noviembre de 2012

I was born, I have lived, I will surely die.

Últimamente me suelo preguntar muchas cosas antes de irme a dormir. Me tumbo en la cama, me coloco los auriculares y me pongo a mirar al techo, y a pensar. Y pensar. Y qué voy a hacer si no apruebo todo. Y qué voy a hacer si no me da la nota en selectividad. Qué voy a hacer si no soy lo suficientemente apta para estudiar lo que yo quiero. Qué voy a hacer cuando sea demasiado mayor para vivir con mis padres. Qué voy a hacer cuando tenga que buscar una casa. Qué voy a hacer cuando termine la universidad y no sepa dónde buscar un trabajo. Qué voy a hacer cuando no me quede dinero y no tenga ni idea de dónde sacarlo. Qué voy a hacer cuando me haga mayor y nadie haya sabido soportarme. ¿Me casaré? ¿Tendré hijos? ¿Realmente habrá alguien para mí ahí? ¿Encontraré un trabajo que me llene? ¿Tendré para comer? ¿Acabaré sola y deprimida, yendo al psicólogo y hartándome a antidepresivos? ¿Viviré rodeada de gatos? ¿Conseguirá este mundo acabar conmigo o seré más fuerte? 

No me gustan los cambios. No me gusta saber que un día no muy lejano mi hermano se irá de casa y me dará la sensación de haberme quedado sola. No me gusta la idea de que dentro de nada habré acabado lo que para mí es la rutina de ir a clase todos los días, y que empezarán las responsabilidades de verdad. Ni el frustrarme porque nadie es lo suficientemente bueno para mí, o, probablemente, viceversa. Ni el tener un día que cuidar a mis hijos, viendo cómo pasan por lo que yo pasé y saber que esos días no van a volver. Ni el olvidar a los amigos que tengo ahora, aun no siendo muchos. Ni el dejar por el camino a mis seres queridos que ya vivieron lo suficiente. Ni enviudar o dejar viudo a nadie. No quiero cambiar, no quiero crecer, no quiero pensar en ello siquiera. Creo que debería quitarme los cascos y dormir ya. 

lunes, 5 de noviembre de 2012

People shouldn't be afraid of their government. Governments should be afraid of their people.

"Voilà! A primera vista, un humilde veterano de vaudeville en el papel de víctima y villano por vicisitudes del destino. Este visage, ya no mas velo de vanidad, es un vestigio de la vox populi, ahora vacua, desvanecida. Sin embargo, esta valerosa visión de una extinta vejación se siente revivida y ha hecho voto de vencer el vil veneno de estas víboras en avanzada que velan por los violentos viciosos y por la violación de la voluntad. El único veredicto es venganza; vendetta, como voto, y no en vano, pues la valía y veracidad de esta un día vindicara al vigilante y al virtuoso. La verdad, esta vichyssoise de verborrea se esta volviendo muy verbosa así que solo añadiré que es un verdadero placer conocerte y que puedes llamarme V."

Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. Conspiración, pólvora y traición.